Cuando cocino no pienso.
Se borran las barreras entre el mundo dulce y el mundo salado. Cobra importancia una nueva cocina fría, en la que sobresale la creación del mundo helado salado.
Todos los productos tienen el mismo valor gastronómico, independientemente de su precio.
El riesgo es que hacer algo que el 99 por ciento del tiempo sería un fracaso.
La cocina es multisensorial. En el instante en el que pruebas un plato, la información que llega al cerebro es impresionante.
La gente decía haces cosas muy raras y yo les contestaba me dedico a la creatividad. A veces hemos querido explicar demasiado la cocina de vanguardia cuando quizá es muy difícil de explicar. Hay qu...
La descontextualización, la ironía, el espectáculo, la performance, son completamente lícitos, siempre que no sean superficiales, sino que respondan o se conecten con una reflexión gastronómica.
Siempre habrá los que te critican, los que te alaban y los que no te entienden. Así también habrá personas que entienden tu comida, pero no les guste y otros que les guste y ya.
Los productos y elaboraciones de otros países se someten al propio criterio de cocina.
La información que da un plato se disfruta a través de los sentidos; también se disfruta y racionaliza con la reflexión.
Para nosotros el formato actual del Bulli se ha acabado.
Se crea un lenguaje propio cada vez más codificado, que en algunas ocasiones establece relaciones con el mundo y el lenguaje del arte.
Se puede hacer un gran restaurante simplemente reproduciendo recetas ya existentes. La creatividad es una opción, no una obligación. Lo que sí es imperativo es el trabajo y la dedicación.
La creatividad es fácil, lo difícil es tener la idea.
La creatividad sin duda alguna fomenta y favorece la competitividad en las empresas. Por consiguiente es un factor importantísimo en la economía de cualquier empresa o país.
La cocina es un lenguaje mediante el cual se puede expresar armonía, creatividad, felicidad, belleza, poesía, complejidad, magia, humor, provocación, cultura.
La concepción de las recetas está pensada para que la armonía funcione en raciones pequeñas.
Lo bonito de viajar y comer en culturas distintas está en buscar lo bueno de cada sitio, lo nuevo, y disfrutar del momento.
Una buena sardina es mejor que una mala langosta.
Las técnicas de cocción, tanto clásicas como modernas, son un patrimonio que el cocinero debe saber aprovechar al máximo.