Frases de Georges Bernanos
El verdadero odio es el desinterés, y el asesinato perfecto es el olvido.
No se disfruta verdaderamente la propia felicidad cuando falta la de los otros.
Es muy difícil saber lo que sucede en el cerebro de un niño; pero es imposible saber lo que sucederá en el.
La esperanza es un riesgo que debe correrse, el más arriesgado de todos. No es satisfacción propia, sino la más grande y difícil victoria del hombre sobre su alma.
Pequeñas cosas parecen nada, pero dan la paz, como las praderas de flores que parecen poco, pero todas juntas llenan el aire de perfume.
Es el temor perpetuo de miedo, el miedo al miedo, que da forma a la cara de un hombre valiente.
El primer signo de la corrupción en una sociedad que todavía está viva es que el fin justifica los medios.
Es una cosa buena para elevarse por encima de orgullo, pero hay que estar orgullosos de poder hacerlo.
La fe no es algo que se 'pierde', que simplemente dejamos de dar forma a nuestras vidas por ella.
La pureza no se nos impone como si fuera una especie de castigo, es una de esas condiciones misteriosas, pero obvia de que el conocimiento sobrenatural de nosotros mismos en lo divino, que nos hablan ...
¿Qué importa la verdad? ¿No hemos dado todas las madres a nuestros hijos el gusto por las mentiras, mentiras que desde la cuna hacia arriba adormecerá, tranquilizarlos, mandarlos a dormir: se encu...
La esperanza es un riesgo que hay que correr.
Pequeñas cosas parecen nada, pero dan la paz, como esas flores del prado que parecen individualmente sin olor pero todos juntos perfuman el aire.
Infierno, señora, es amar más.
Un hombre pobre, sin nada en sus necesidades vientre esperanza, ilusión, más que pan.
¿Quién eres tú para condenar el pecado de otro? El que condena el pecado se convierte en parte de él, lo abraza.
No se descubre cada vez más profundo de su propia soledad.
El hombre de antaño no se parecía al de hoy. Nunca hubiese aquél formado parte de este rebaño que las democracias plutocráticas, marxistas o racistas alimentan para la fábrica y el osario.