Las mujeres no advierten lo que hacemos por ellas; no notan sino lo que dejamos de hacer.
Es duro, es doloroso, no ser amado cuando se ama todavía, pero es bastante más duro ser todavía amado cuando ya no se ama.
Es mejor malograr la propia juventud que no hacer nada en ella.
Propio es de todo hombre imbécil hacerse el astuto.
Se cambia mas fácilmente de religión que de café.
Las mujeres no notan sino lo que dejamos de hacer.
Es mejor malgastar la juventud que no hacer absolutamente nada con ella.
Es mejor que perder la juventud de que no hacer nada con él en absoluto.