El encono de ciertas mujeres contra las que tienen la desgracia de amar es una prueba del daño que hace, interiormente, la castidad.
La ley de la necesidad hace elocuente
Entre los tontos el vacío se parece a la profundidad. Para el que es vulgar, la profundidad es incomprensible. De ahí viene quizá la admiración del pueblo por todo aquello que no comprende
No escuchar al que nos habla, no solo es falta de cortesía, sino también de menosprecio. Atiende siempre al que te hable; en el trato social nada hay tan productivo como la limosna de la atención
A todos los auténticos grandes hombres les gusta dejarse tiranizar por un ser débil.
La mujer es coqueta mientras no ama.
Los creyentes y los incrédulos hablan dos lenguas diferentes, y no pueden entenderse
El amor es la única pasión que no admite pasado ni futuro.
No hay tal cosa como un gran talento sin gran fuerza de voluntad.
A los quince años, no existen belleza y talento, solo puede haber promesa de la venida mujer.
El hecho es que el amor es de dos clases, una que domina, y uno que obedece. Los dos son muy diferentes, y la pasión a la que la genera no es la pasión del otro.
Si pudiéramos pintar con la mano lo que vemos con los ojos.
Finanzas, como el tiempo, devora a sus propios hijos.
Los grandes asuntos del amor empiezan con champán y terminan con tisana.
La cortesía es solo una fina capa sobre el egoísmo general.
Nadie ama a una mujer porque es guapo o feo, estúpido o inteligente. Nos encanta porque nos encanta.
Uno debe creer en el matrimonio como en la inmortalidad del alma.
El arte de la maternidad implica mucho silencio, la abnegación discreta, una devoción por hora, que no encuentra ningún detalle demasiado pequeño.
Muerte une y separa; silencia todo sentimiento mezquino.
La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder en la tierra puede nunca convertirlo en un hecho.