Los insultos son los argumentos empleados por los que están equivocados.
Soportar es la primera cosa que un hijo debe aprender, y lo que él va a tener que necesitar más.
El primer paso hacia el vicio es vestir las acciones inocentes de misterio, y al que le gusta esconder algo, tarde o temprano tiene motivos para ocultarlo.
Lectores ordinarios, perdonad mis paradojas: uno tiene que hacerlas cuando uno reflexiona; y aunque digas cualquier cosa, prefiero ser un hombre de paradojas que un hombre de prejuicios.
Toma de la filósofa el placer de ser oído y tu deseo por el conocimiento cesará.
A pesar de la modestia es natural en el hombre, no es natural en los niños. La modestia solo comienza con el conocimiento del mal.
Es una manía compartida por los filósofos de todas las edades el negar lo que existe y explicar lo que no existe.
Las personas que saben poco suelen ser grandes conversadores, mientras que los hombres inteligentes, que saben mucho, dicen poca cosa.
Los ingleses se creen libres. Ellos son libres solo durante la elección de los miembros del parlamento.
Asumo el mismo proyecto que Montaigne, pero con un objetivo contrario a su propia naturaleza, porque escribió sus Ensayos solo para los demás, y yo escribo mis ensueños solo para mí.
La formación de los niños es una profesión, donde hay que saber perder tiempo para ganarlo luego.
No debemos enseñar a los niños las ciencias; sino que debemos darles gusto para ellas.
Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
Nadie tiene autoridad natural sobre sus semejantes.
La falsedad tiene una infinidad de combinaciones, pero la verdad solo tiene un modo de ser.
La mayoría de las naciones, así como las personas son posibles solo en su juventud; se convierten incorregibles a medida que crecen.
La virtud es un estado de guerra, y para vivir en ella siempre tenemos que luchar contra nosotros mismos.
Los ingleses están predispuestos al orgullo, los franceses a la vanidad.
Me atrevo a exponer aquí lo más importante, la regla más útil de toda la educación. No se trata de ahorrar tiempo, sino no despilfarrarlo.
Quien se sonroja ya es culpable, la verdadera inocencia se avergüenza de nada.