Vigilaré con la astucia de la serpiente, y con su veneno te morderé. ¡Mortal!, te arrepentirás del daño que me has hecho.
El gesto contrariado, la mirada perdida, ponían en su rostro una mezcla de cobardía y temor.
¡Con qué facilidad varían nuestros sentimientos y qué extrañamente nos aferramos a la vida en momentos de desesperación!
Entre la raza de los hombres independientes, generosos y cultivados, en un país en que la imaginación es emperatriz de las mentes de los hombres, no ha de temerse que queramos una sucesión perpetua...
También era alegre como una alondra que cantara desde su alta torre, y se elevaba sobre los pensamientos como un águila, y era inocente como una tórtola de ojos mansos.
Puedes figurarte -me dijo- lo difícil que me ha resultado persuadir a mi padre de que no todo el saber está incluido en el noble arte de la contabilidad.
Vagué por la isla como un fantasma, alejado de todo lo que amaba, y entristecido por esta separación.
¡Cuán extraña es la naturaleza del saber! Se aferra a la mente como el musgo a la roca.
Ahora tengo veintiocho años y en realidad soy más ignorante que muchos escolares de quince. Es cierto que he reflexionado más, y que mis sueños son más amplios y grandiosos, pero les falta el equ...
Cada vez sentía mayor desprecio por las tesis de la moderna filosofía natural. Qué distinto sería si lod científicos se dedicaran a la búsqueda de los secretos de la inmortalidad y del poder; aq...
Las agonías del remordimiento envenena los pequeños placeres que algunas veces produce el exceso de pena.
No desesperaremos. No somos cobardes ni fatalistas; creemos que Dios ha puesto en nuestras manos los medios para nuestra supervivencia y vamos a sacarles el máximo provecho.
¿Por qué razón el hombre se vanagloria de poseer una sensibilidad superior a la del bruto? Si nuestros impulsos se limitaran al hambre, la sed y el deseo, seríamos casi libres; pero nos conmueve l...
El lobo se vestía con piel de cordero y el rebaño consentía el engaño.
Nada causa tanto pesar al espíritu humano como el que, después de una rápida sucesión de acontecimientos que le llevan a un estado de congoja, se sucedan la mortal calma de la inacción y la certe...
Había nacido para ser feliz. Durante mi juventud nunca me había afligido la tristeza, y si en algún momento me sentía abatido, contemplar las maravillas de la naturaleza o estudiar lo que de subli...
Aunque sea solo un cúmulo de infelicidad, la vida me es querida y la defenderé.
Los puertos de las desoladas villas marineras del oeste de Irlanda estaban llenos de naves de todos los tamaños, desde el buque de guerra hasta la pequeña barca de pescadores, que, varada sin tripul...
Pero el pensamiento trajo poder y conocimiento y, ataviada con ellos, la raza del hombre asumió dignidad y autoridad.
De toda la família humana algunos miembros debían sobrevivir, y su supervivencia iba convertirse en mi misión; cumplirla a costa de mi vida era apenas un pequeño sacrificio.