Cuanto más amamos a alguien menos conviene halagarle.
Aquellos cuya conducta se presta más al escarnio, son siempre los primeros en hablar de los demás.
El amor es a menudo fruto del matrimonio.
Morimos solo una vez, pero durante mucho tiempo.
Las cosas no valen sino lo que se las hace valer.
Un tonto sabio es más tonto que un tonto ignorante.
Los errores más pequeños son siempre los mejores.
El envidioso puede morir, pero la envidia nunca.
La muerte es el remedio de todos los males; pero no debemos echar mano de éste hasta última hora.
No puede haber mayor suplicio para un artista que el de producir para un público de ignorantes y padecer el juicio estúpido de un imbécil.
Salen errados nuestros cálculos siempre que entran en ellos el temor o la esperanza.
Hay que comer para vivir, y no vivir para comer
El verdadero anfitrión es el que da la cena.
Cuando una mujer demuestra mucho ardor por un hombre lo hace, con frecuencia, para ocultar otra llama que tiene en el corazón
Dado que el propósito de la comedia es corregir los vicios de los hombres, no veo ninguna razón por qué alguien debería estar exento.
El deber de la comedia es corregir los hombres por el divertir.
Los árboles que tardan en crecer llevan la mejor fruta.
Cuanto mayor es el obstáculo, más gloria en su superación.
Es cierto Cielo prohíbe ciertos placeres, sino un compromiso por lo general se puede encontrar.
Es cierto que el Cielo prohíbe ciertos placeres, pero que generalmente se puede negociar un compromiso.