Nunca crece a ser grande el que sin desdichas crece.
¡Oh que aprisa piensa un vehemente deseo que no hay más que lo que piensa!
Que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.
La muerte siempre es temprana y no perdona a ninguno.
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.
De males a bienes dicen que se pasa fácilmente; pero de males a males, digo yo que es más frecuente.
Siempre que odio y amor compiten, es el amor el que vence.
Que el hacer paces también suelen ser triunfos de guerra
Pues ningún loco se hallare que más incurable fuera si ejecutara y dijera un hombre cuanto pensare.
!Cuando el amor no es locura, no es amor.
Incluso en los sueños una buena acción no se pierde.
'Tis no en los que mienten, pero de donde caímos, la pérdida de los cielos es el mayor dolor en el infierno.
¿Qué importa errar lo menos quien ha acertado lo más?
La pérdida de los cielos es el dolor más grande en el infierno.
Tanto miedo tengo, que aun para huir valor no tengo.
Uno puede saber cómo obtener una victoria, y no saber cómo usarla.
Sin embargo, ya se trate de un sueño o de la verdad, hacer el bien es lo que importa. Si es verdad, por amor a la verdad. Si no, entonces para ganar amigos para cuando despertemos.
Estas flores, que eran espléndidas y alegres, despertarán en el amanecer de la mañana, en la noche serán una frivolidad lamentable, durmiendo en los brazos de la noche fría.
Pero ya sea sueño o la verdad, a hacer el bien es lo que importa. Si es verdad, por el amor de la verdad. Si no es así, para ganar amigos para el momento en que nos despertamos.
¿Qué ley, ¿qué razón puede negar ese regalo tan dulce, tan natural que Dios le ha dado un arroyo, un pez, un animal, un pájaro?