La diferencia entre la sabiduría y la ignorancia es tener una opinión.
El hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás ha adoptado el mejor plan para vivir feliz.
Buscando las cosas inciertas, perdemos las ciertas.
Son filósofos verdaderos aquellos a quienes gusta contemplar la verdad.
Perdemos lo seguro por buscar lo incierto.
No hay amores viles, sino físicos, y no constantes, y hay otros amores estables.
Mientras vamos en pos de lo incierto, perdemos lo seguro.
Mal hombre es aquel que sabe recibir un beneficio y no sabe devolverlo.
Vale más un testigo de vista que diez de oidas.
No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en héroe.
El que muere por amor a la virtud, no perece.
El hombre es un lobo para el hombre.
Un ratón nunca confía su vida a un único agujero.
La menor parte de lo que ignoramos, es mayor de todo cuanto sabemos.
El que no piensa en sus deberes sino cuando se lo recuerdan no es digno de estimación.
El abogado siempre tiene prisa.
Los muchachos deben abstenerse de beber vino, pues es un error añadir fuego al fuego.
La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser.
El mundo de las ideas incide el mundo físico; piensa bien y harás lo correcto.
El amor es fecundísimo en miel y hiel.