Cualidades ( 4 )
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Muchos abrían podido llegar a la sabiduría si no se hubiesen creído demasiado sabios.
Solo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder.
La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte.
Las inteligencias poco capaces se interesan en lo extraordinario; las inteligencias poderosas en las cosas ordinarias.
La confianza en la bondad ajena es testimonio no pequeño de la propia bondad.
La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas.
De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso.
El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.
Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos. Pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí no nos asombramos de nada.
Inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer.
Nadie puede ser sensato con el estómago vacío.
Dicen que el mono es tan inteligente que no habla para que no lo hagan trabajar.
Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.
Muy pocos grandes hombres proceden de un ambiente fácil.
Un optimista es el que cree que todo tiene arreglo. Un pesimista es el que piensa lo mismo, pero sabe que nadie va a intentarlo.
Todos desean vuestro bien. No dejéis que os lo quiten.
Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien.
Para la mayoría de los hombres, la experiencia es como las luces de popa de un barco, que iluminan solo el camino que queda a la espalda.
No lo hagas si no conviene. No lo digas si no es verdad.
Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro.
Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.
¿Que importa que el gato sea blanco o negro con tal de que cace ratones?.
No soy pesimista. Soy un optimista bien informado.
Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.
Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve.
La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma.
Los charlatanes son los hombres más discretos: hablan y hablan y no dicen nada.
El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.
El honor es la poesía del deber.
La sinceridad es el pasaporte de la mala educación.
Es bueno acostumbrarse a la fatiga y a la carrera, pero no hay que forzar la marcha.
Nunca vayas por el camino trazado, porque conduce hacia donde otros han ido ya.
Un pequeño gusano roe el corazón a un cedro y lo derriba.
La fuerza del carácter con frecuencia no es más que debilidad de sentimientos.
Lo que quiere el sabio, lo busca en sí mismo; el vulgo, lo busca en los demás.
Tu amigo tiene un amigo, y el amigo de tu amigo tiene otro amigo; por consiguiente sé discreto.
El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior, que es la más dulce de todas las pasiones.
Bien están los buenos pensamientos, pero resultan tan livianos como burbuja de jabón, si no los sigue el esfuerzo para concretarlos en acción.
Sé breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo.
Una cosa es saber y otra saber enseñar.
