Frases de john william cooke ( 4 )
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Todo sueño digno de vivir vale la pena compartirlo con otros.
Muchas veces compramos el dinero demasiado caro.
Siempre he podido trabajar con cualquiera que no deseara éxito.
En un mundo de fugitivos el que transita el justo camino, parece huir.
Me atreveré a todo lo que pueda hacer un hombre. Quien se atreva a más es insensato.
En el pasado, aquellos que locamente buscaron el poder cabalgando a lomo de un tigre acabaron dentro de él.
Excelente cosa es tener la fuerza de un gigante, pero usar de ella como un gigante es propio de un tirano.
La belleza, cuanto menos vestida, mejor vestida está.
Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo.
El mal puede citar las sagradas escrituras para sus propósitos.
Es más fácil perdonar a un enemigo que a un amigo.
La esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo,
es cosa que también lleva consigo el placer constante.
Si no piensas en tu porvenir, no lo tendrás.
Cuando nuestras actitudes superan nuestras habilidades, aún lo imposible se hace posible.
Cada uno es ortodoxo con respecto a sí mismo.
El mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres son meros actores.
El cansancio ronca sobre los guijarros; en tanto que la pereza halla dura la almohada de pluma.
La prueba de toda verdad reside, sencillamente, en su eficacia.
Asume una virtud si no la tienes
El problema con los árbitros es que conocen las reglas, pero no conocen el juego.
Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de todo.
Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien.
En verdad, no hay tiempo más perdido que el que se gasta leyendo compendios.
Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia.
El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Sino, ésta establecerá un fin para la humanidad.
La buena conciencia sirve de almohada.
En un mundo superior puede ser de otra manera, pero aquí abajo, vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces.
Las medidas templadas, que equivalen a remedios prudentes, son hartamente nocivas cuando el mal es violento.
Cuanto mayor la riqueza, más espesa la suciedad.
Aunque todo lo demás falle, siempre podemos asegurarnos la inmortalidad cometiendo algún error espectacular.
Es excelente tener la fuerza de un gigante, pero es tiránico usarla como un gigante.
Los defectos, como las pajas, sobrenadan en la superficie; el que quiere encontrar perlas, debe sumergirse.
La vida primaria de la memoria es emotiva más bien que intelectual y práctica.
Si yo te debo una libra, tengo un problema; pero si te debo un millón, el problema es tuyo.
Dejad pensar al pueblo que gobierna y se dejará gobernar.
La verdad se asienta en un limitado ámbito; el error, empero, es inmenso.
La función intelectual de las dificultades es la de conducir a hombres y mujeres a pensar.
Todos aman la vida, pero el hombre valiente y honrado aprecia más el honor.
¡Qué raro y maravilloso es ese fugaz instante en el que nos damos cuenta de que hemos descubierto un amigo!
El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría.
