Frases de pedro bonifacio palacios. Encuentra docenas de frases de pedro bonifacio palacios con fotos para copiar y compartir.
Padres sin alma, son aquellos que niegan a sus hijos consejo, amor, ejemplo y esperanza.
No vemos a los ángeles; pero en las avenidas oscuras de la angustia, se acercan y nos llaman, ¡Se parecen a ellos las personas queridas y no son sino ángeles los seres que nos aman!
Libertad: El peso más formidable que puede caer sobre las espaldas de un hombre.
Si no son los peldaños es el ala que te despierta y que te grita: ¡sube!… ¡sube sin timidez, no te abandones; si te asusta volar, hay escalones!.
¡Todos los incurables tienen cura cinco segundos antes de su muerte!.
Las más orgullosas naves temen del mar los furores, los tigres devoradores huyen del simún airado ¡y tú en mi pecho has dejado tan sin recelo tus flores!.
Triste como el destello de la luna, solo, como la luna solitaria, es el recuerdo de ese amor maldito, como mi alma.
Procede como Dios que nunca llora; o como Lucifer, que nunca reza; o como el robledal, cuya grandeza necesita del agua y no la implora... Que muerda y vocifere vengadora, ya rodando en el polvo, tu ca...
Quiero ser esas manos invisibles que manejan por si la creación, y formar con tus sueños y los míos otro mundo mejor para los dos.
¡Tu tienes, para mí todo lo bello; yo tengo para ti, todo lo que ama; tú, para mí, la luz que resplandece, yo, para ti, sus llamas!.
La verdad es un molde, es un diseño que rellena mejor quien más delira.
La sinfonía sacra de los seres, los vientos, los bosques y las aguas, en el lenguaje mudo de tus ojos que, mirándome, hablan.
Todo lo alcanzarás, solemne loco, siempre que lo permita tu estatura.
Niños: en cada flor hay muchas vidas y las manos que matan no son manos.
Tú tienes, para mí, todo lo bello que cielo, tierra y corazón abarcan.
Quiero ser las dos niñas de tus ojos, las metálicas cuerdas de tu voz, el rubor de tu sien cuando meditas y el origen tenaz de tu rubor.
Ser bueno, en mi sentir, es lo más llano y concilia deber, altruismo y gusto: con el que pasa lejos, casi adusto, con el que viene a mi, tierno y humano.
¡Salud, primavera, princesa encantadora!, saludo engrandecido las gasas de tu velo.
Eres tu, soberana de mis noches, mi constante, perpetuo cavilar: ambiciono tu amor como la gloria... ¡y todavía más!.
Aquí vengo, aquí me ves, aquí me postro, aquí estoy,como tu esclavo que soy, abandonado a tus pies.
Yo tengo, para ti, todo lo noble que cielo, tierra y corazón abarcan; el calor de los soles, ¡de los soles que, como yo, te aman!.
Si te postran diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas: no han de ser tus caídas tan violentas ni tampoco, por ley, han de ser tantas.