Frases de platon ( 3 )
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Nada es más miserable que la mente de un hombre consciente de la culpa.
En las asociaciones mutuas, donde uno se junta con otro, nunca verás que, al disolverse la comunidad, el justo tenga más que el injusto, sino menos.
Ante todo nadie poseerá casa propia excepto en caso de absoluta necesidad.
Sin vacilación profetizo la ruina a aquel Estado en el que la ley depende del poder del gobernante y no es ella misma quien gobierna
La retórica es el arte de gobernar las mentes de los hombres.
Pues yo al menos no puedo decir que exista para un joven recién llegado a la adolescencia mayor bien que tener un amante virtuoso, o para un amante, que tener un amado.
Imposible, pues, que un dios quiera modificarse a sí mismo; antes bien, creo que todos y cada uno de ellos son los seres más hermosos y excelentes que pueden darse y, por ende, permanecen invariable...
La honestidad es en su mayor parte menos rentable que la deshonestidad.
La buena fe es el fundamento de toda sociedad, la perfidia es la peste.
El hombre sabio querrá estar siempre con quien sea mejor que él.
La razón y el valor siempre se impondrán a la traición y a la ingratitud.
Por consiguiente, haremos bien en suprimir las lamentaciones de los hombres famosos y atribuírselas a las mujeres o a los hombres más viles, con el fin de que les repugne la imitación de tales gent...
La virtud está en relación con las acciones y las edades de cada uno de nosotros en todo lo que hacemos.
Un héroe nace entre un centenar, un hombre sabio se encuentra entre mil, sino uno consumado no puede ser encontrado incluso entre los cien mil hombres.
Democracia... es una forma encantadora de gobierno, lleno de variedad y el desorden, y dispensar una especie de igualdad, a iguales y desiguales por igual.
La conquista propia es la más grande de las victorias.
Para ir al mundo de abajo, que tiene un alma que es como un vaso lleno de injusticias, es la última y la peor de todos los males.
Solo hay un Dios, y es el conocimiento, y una maldad, que es la ignorancia.
La astronomía obliga al alma a mirar hacia arriba y nos lleva de este mundo a otro
¿Y qué, Sócrates, es el alimento del alma? Sin duda, le dije, el conocimiento es el alimento del alma.
La filosofía comienza en maravilla.
Wonder es el sentimiento del filósofo y la filosofía comienza en maravilla.
Es necesario que nuestros guardianes y sus mujeres se dediquen a las mismas ocupaciones.
Toda la ignorancia no es tan terrible o extremo un mal, y está lejos de ser el más grande de todos, demasiada inteligencia y mucho aprendizaje, acompañados de mala llevar-up, son mucho más mortale...
Si un hombre deja de lado la educación, camina cojo hasta el final de su vida.
Entonces no solo costumbre, sino también la naturaleza afirma que hay que hacer es más vergonzoso que sufrir la injusticia, y que la justicia es la igualdad.
Por tanto, existen también la mujer apta para ser guardiana y la que no lo es. ¿O no son ésas las cualidades por las que elegimos a los varones guardianes?
El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra.
Cada corazón canta una canción, incompleta, hasta otros susurros detrás del corazón. Los que desean cantar encuentran siempre una canción. Al toque de un amante, todo el mundo se convierte en un ...
...cada uno debe ser puesto a un trabajo, que ha de ser aquel para el que esté dotado;...
Ningún hombre debe traer hijos al mundo que no está dispuesto a perseverar hasta el fin en su naturaleza y la educación.
No existe hombre tan cobarde como para que el amor no pueda hacerlo valiente y transformarlo en héroe.
La oportunidad es el instante preciso en que debemos recibir o hacer una cosa.
El hombre es el animal que observa sus propios excrementos.
Debemos, pues, según parece, vigilar ante todo a los forjadores de mitos y aceptar los creados por ellos cuando estén bien y rechazarlos cuando no.
Ante todo es necesario cuidar el alma si se quiere que la cabeza y el resto del cuerpo funcionen correctamente.
Y resulta evidente que ningún arte ni gobierno dispone lo provechoso para sí mismo, sino que, como veníamos diciendo, lo dispone y ordena para el gobernado, mirando al bien de éste, que es el más...
En el alma de un esclavo no puede hallarse el menor resquicio donde pueda albergarse la virtud, y que ningún hombre sensato puede fiarse nunca de ellos.
Tampoco hay nada menos apropiado para los guardianes que la embriaguez, molicie y pereza.
El castigo que sufren los sabios que se niegan a participar en el gobierno, es vivir bajo el gobierno de los hombres peores.
