Mi padre me dio el regalo más grande que se puede hacer: creyó en mi.
Nunca ames a alguien que te trate como si fueras alguien normal.
Nunca te arrepientas de nada que te hizo sonreír.
No merece la pena vivir una vida sin examinar.
Sin reflexión, vamos a ciegas en nuestro camino, creando más consecuencias no deseadas, y sin lograr nada útil.