El secreto de la paz está en el respeto de los derechos humanos.
Juan Pablo II
Y acaso, náufrago indeciso, querrías compartir mi tempestad, en este universo donde el calor y la furia de mis besos, te dejaran -apenas-, sensación, olor, quietud de olvido...
Los insectos de verano caen muertos sobre mis libros.
El que tiene miedo de la pobreza no es digno de ser rico.
La verdad en si misma solo puede ser alcanzada dentro de uno mediante la más profunda meditación y conciencia.