Te amé incluso antes de que nacieras, sin conocerte pero sintiéndote, sin mirarte pero conociéndote, te amé porque supe que en algún lugar existías, y ahora además de amarte, puedo adorarte
Todas las tragedias terminan en una muerte; todas las comedias en una boda.
La generosidad no es más que la piedad de los espíritus nobles
La tibieza rindo cuentas un pecado, tan grande en el amor como en la religión.
La voz de la envidia es el pregón de la inferioridad del envidioso