¿Cómo no caer de rodillas ante el altar de la certeza?
Umberto Eco
Llámame Jonás. Mis padres lo hicieron, o casi lo hicieron. Me llamaron Juan.
Te puedes adornar con las plumas de otro, pero no puedes volar con ellas.
Sin humildad no puede haber humanidad.
El Rey sirvió de apaciguador de fieras irredentistas en la época de la transición, cuando durante varios años la pelota democrática estuvo en el alero. Después ha sabido colaborar a difundir una...