Creo para comprender, y comprendo para creer mejor.
San Agustín
Ser honrado no conduce a ninguna parte que aprecien los demás.
Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen.
La Iglesia es la caricia del amor de Dios al mundo.
Los bienes son para aquellos que saben disfrutarlos.