No es que quisiera ser actor de cine, es que quería ser Clark Gable. Esto es lo que quería, y no nada más puro o más profundo.
Fernando Fernán Gómez
El pecado, como la virtud, no depende de la naturaleza, sino, esencialmente, de la voluntad.
Una fase brutal te corta el paso y aún rezas y no sabes si el que empuja te arrolla sierpe o ángel se despliega.
Es curioso que las concepciones populares sobre seres perversos y malignos son del tipo que se producirían por una mayor gravitación - sapos, reptiles y animales nocivos que se arrastran -, mientras...
Por eso sus obras policiacas (setenta y nueve novelas, diecinueve piezas de teatro) son mundos circulares perfectamente explicables, juegos matemáticos para alivio no sólo de la cabeza sino del cora...