Nancy Morejón: Mujer negrabrbrTodavía huelo ...


Mujer negrabrbrTodavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar.brLa noche, no puedo recordarla.brNi el mismo océano podría recordarla.brPero no olvido el primer alcatraz que divisé.brAltas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.brAcaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestralbrMe dejaron aquí y aquí he vivido.brY porque trabajé como una bestia,braquí volví a nacer.brA cuanta epopeya mandinga intenté recurrir.brbrMe rebelé.brSu Merced me compró en una plaza.brBordé la casaca de su Merced y un hijo macho le parí.brMi hijo no tuvo nombre.brY su Merced murió a manos de un impecable lord inglés.brbrAnduve.brEsta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes.brBogué a lo largo de todos sus ríos.brBajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no comí.brPor casa tuve un barracón.brYo misma traje piedras para edificarlo,brpero canté al natural compás de los pájaros nacionales.brbrMe sublevé.brEn esta tierra toqué la sangre húmedabry los huesos podridos de muchos otros,brtraídos a ella, o no, igual que yo.brYa nunca más imaginé el camin a Guinea.br¿Era a Guinea? ¿A Benín? ¿Era abrMadagascar? ¿O a Cabo Verde?brTrabajé mucho más.brFundé mejor mi canto milenario y mi esperanza.brAquí construí mi mundo.brbrMe fui al monte.brMi real independencia fue el palenquebry cabalgué entre las tropas de Maceo.brSólo un siglo más tarde,brjunto a mis descendientes,brdesde una azul montaña.brbrBajé de la SierrabrPara acabar con capitales y usureros,brcon generales y burgueses.brAhora soy: sólo hoy tenemos y creamos.brNada nos es ajeno.brNuestra la tierra.brNuestros el mar y el cielo.brNuestras la magia y la quimera.brIguales míos, aquí los veo bailarbralrededor del árbol que plantamos para el comunismo.brSu pródiga madera ya resuena.

Nancy Morejón


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