Como no sabían que era imposible lo hicieron.
No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.
En las grandes cosas los hombres se muestran como les conviene mostrarse. En las pequeñas como son.
No hay condición tan baja que no tenga esperanzas, ni ninguna tan alta que no inspire temor.
Casarse está bien. No casarse está mejor.