Entraste a mi vida solo para mostrarme un pedacito de la felicidad que nunca podré tener. Me enseñaste a amar pero también a llorar.
Lo que más me duele no es haberme enamorado de ti, sino haberlo hecho estando consciente desde un principio que no eras la persona correcta.
Si los seres humanos estamos hechos para amar, ¿entonces por qué me siento tan mal después de haberte dicho lo que siento?
La verdad es que el amor no es más que una ilusión que sirve para burlarse de gente ingenua como yo.
No te culpo si ahora quisieras reírte de mí. Yo lo haría si pudiera dejar de llorar. ¿Cómo fui a creer que alguien como tú me amaría?