No hay niños difíciles. Hay adultos a quienes nos resulta más fácil desplegar nuestra energía y nuestros intereses en otros ámbitos.
Laura Gutman
... y que el sueño, cerrojo a veces para la pena de los ojos, me robe un tanto a mi propia compañía.
Dos y dos son cuatro, pero no a veces, ¡Sino siempre!
La mayoría de los hombres son malos.
Pienso que el pequeño Bush es un poco estúpido y más o menos el marioneta de su viejo.