Saber olvidar, más es dicha que arte.
Baltasar Gracián
A largos días, largos trabajos.
El auténtico observador contempla tranquila y despreocupadamente los nuevos tiempos revolucionarios.
Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos.
El terrible engaño del amor consiste en que empieza haciéndonos jugar, no con una mujer del mundo exterior, sino con una muñeca interior a nuestro cerebro.