Si dudo, si me alucino, vivo. Si me engaño, existo. ¿Cómo engañarme al afirmar que existo, si tengo que existir para engañarme?
San Agustín
El amor tiene fácil la entrada y difícil la salida.
Deben buscarse los amigos como los buenos libros. No está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; sino pocos, buenos y bien conocidos.
Me anuncian la muerte de uno cuya presencia no me entusiasmaba y pienso: yo no pedía tanto.
No se puede ganar una guerra como tampoco se puede ganar un terremoto.