El matrimonio es como la muerte; pocos llegan a él preparados.
Realmente eres tú la respuesta más sutil e idónea que jamás imagine hallar en las indescifrables ecuaciones del amor
Perdido en el mundo de tu mirada, pero refugiado en la calidez de tus labios
Y fueron tus ojos, tus sublimes besos y hasta los más ínfimos gestos los que sedujeron mi mente, doblegaron mi espíritu y me sumergieron y casi me ahogué en ese mar que no conoce de profundidades...
Existe realmente una solución adecuada para el mal de amor, acaso habrá un camino seguro para este dilema o será la respuesta el cruce de una red de intrincados senderos para ser feliz.