Aunque sea justificada, la felicidad es un privilegio.
Edmundo Thiandière
Solo cuando los hombres aprenden a rezar empiezan a creer.
Soneto Insistente
Cuando presiente el corazón la gloria
de ser libre por gracia del olvido,
me llegue entre la noche, como el ruido
del mar en la distancia, tu memoria.
Con ella viene la tenaz hist...
Nadie es un gran hombre para su criado.
Escucha, Escúchame...
Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes o doscientos días
de historia, o de libros
abiertos como heridas abiertas, o de lunas de Jonia y cosas así,
sino solo beber yedra ...