Hay que reírse por lo menos dos horas diarias, y si tienes bonitos dientes hay que reírse a todas horas.
Arturo Fernández
Los hombres agradables nunca terminan agradando.
El aprendizaje no solo exige escuchar y poner en práctica, sino también olvidar y después volver a recordar.
Comida hecha, compañía deshecha.
Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo que determina, o más bien indica, su destino.