Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
Emile M Ciorán
He leído en alguna parte que para amarse hay que tener principios semejantes, con gustos opuestos.
Incierto es el lugar en donde la muerte te espera; espérela, pues, en todo lugar.
Para triunfar en la lucha por la vida, el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de piedra.
No hay nada más ateo que la alfombra de la catedral.