Algunas palabras abren heridas. Otras abren caminos.
José Narosky
Confieso que enterrar a algunas gentes constituye un gran placer.
El que tal ha padecido, ése se compadece del doliente y del herido.
El pueblo aprendió que estaba solo. . . El pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza.
El olvido es una forma de libertad.