Cuando deje de indignarme, habrá comenzado mi vejez.
André Gide
No hay malas hierbas ni hombres malos; solo hay malos cultivadores.
La ciencia y las letras doman las pasiones que engendra la política. Tiempo es ya de que el afecto reemplace en la ley del mundo al odio.
Solo hay dos clases de personas coherentes: los que gozan de dios porque creen en él y los que sufren porque no le poseen.
No te diré de qué fibra está formado el corazón que me sostiene: me será más dulce decir que lo tengo hecho de Ti, de tu sonrisa, y de las penas inmensas que me llegan contigo...