Cuando me sentí solo y desamparado, una luz vino a mi y en ella. sentí que alguien me sostuvo con unas manos lindas y acogedoras, manos que renovaron mis energías y me llenaron de felicidad. Una dulce voz me dijo cuanto me amaba y con eso me hizo caminar nuevamente en el sendero correcto... Eres ahora fuente de mi inspiración y base de mi poesía. Te Amo Dios...
Jose Mazariegos