Espantoso juego del amor, en el cual es preciso que uno de ambos jugadores pierda el gobierno de sí mismo.
Charles Baudelaire
Lo más triste del amor es que no solo no puede durar siempre, sino que las desesperaciones son también olvidadas pronto.
Te espero sin plazo ni tiempo. No temas noche, neblina ni aguacero. Acude con sendero o sin sendero. Llámame a donde tú eres, alma mía, y marcha recto hacia mí, compañero.
Más vale ser ciego de los ojos, que del corazón.
La pena uno puede soportarla solo, mas para estar alegre se necesitan dos.