Te espero sin plazo ni tiempo. No temas noche, neblina ni aguacero. Acude con sendero o sin sendero. Llámame a donde tú eres, alma mía, y marcha recto hacia mí, compañero.
Gabriela Mistral
Más vale ser ciego de los ojos, que del corazón.
La pena uno puede soportarla solo, mas para estar alegre se necesitan dos.
Cuando no se puede lo que se quiere, hay que querer lo que se puede.
Aunque todas las posibles preguntas de la ciencia recibiesen respuesta, ni siquiera rozarían los verdaderos problemas de la vida.