Tus propias limitaciones te crucificas.
Sylvia Plath
Una puerta de ramajes y como cerradura un caracol.
Necesitamos la esperanza para que nuestra alegría sea perfecta.
Cuando tú y la verdad me hablan, no escucho a la verdad. Te escucho a ti.
El hombre prudente es parco en el hablar pero activo en el obrar.