El precio de la virtud es ella misma.
Séneca
Un hombre nunca debe descuidar a su família por cuidar sus negocios.
De la sana educación de la juventud, depende la felicidad de las naciones.
A la gente las ideas le parecen aburridas porque no distinguen entre las ideas vivas y las que están amontonadas en un estante.
El mosquito no se apiada del hombre, por más flaco que esté.