El deseo es un anhelo sin intento.
Las buenas poesías épicas, dramáticas, líricas, no son otra cosa que los sueños de un hombre despierto.
Todas las oposiciones de mente y cuerpo, de materia y alma, de espíritu y carne, tienen su origen fundamentalmente en el temor de lo que la vida nos puede deparar.
Uno no puede estar triste mucho tiempo en un mundo tan interesante.
La sexualidad y un cóctel. Duran el mismo tiempo, producen el mismo efecto, y vienen a significar lo mismo