Salve, emperador, los que van a morir te saludan
Suetonio
Dios se encarna en un niño que busca los juguetes de tus manos.
Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad.
Un jefe es un hombre que tiene necesidad de otros hombres
Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad, pueden producir la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad.