Las desgracias, al igual que la fortuna, solo llegan cuando las hemos buscado con nuestros actos.
Confucio
A la gloria de los más famosos se adscribe siempre algo de la miopía de los admiradores.
Uno no puede ponerse del lado de quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen.
Al buen día, mételo en casa.
Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.