Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Benedicto XVI
Lo único que puede consolar a un pobre es la extravagancia. Lo único puede consolar a un rico es el ahorro.
Este interés objetivo, que actúa sobre nosotros, tanto por virtud del fin universal como del individuo que lo representa, es lo que hace atractiva la historia.
A un nivel más general, si quiere usted cambiar su realidad externa, cambie primero su realidad interna.
Los cielos son tan grandes como grande es nuestra aspiración