Es necesario tener el apetito del pobre para gozar la fortuna del rico.
Conde De Rivarol
¡qué presto se consolaron, los vivos de quien murió¡, y más cuando el tal difunto, mucha hacienda les dejó.
El hombre está hecho para el trabajo y el ave para volar.
Ante el crisantemo blanco Las tijeras Dudan un instante.
Toda guerra se inicia con los pretextos más nimios, se continúa por motivos de peso y se concluye con las excusas más falaces.