No hay que prestar atención a quienes nos aconsejan, so pretexto de que somos hombres, no pensar más que en las cosas humanas y, so pretexto de que somos mortales, renunciar a las cosas inmortales.
Aristóteles
Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Somos lo que hacemos, no lo que pensamos ni lo que sentimos.
Los hombres buenos y bellos se conquistan con gentilezas.
La confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el respeto la conserva.