Mi casa se puebla de arlequines cuando hay ruido de besos en el aire.
Roberto Jorge Santoro
Solo le pido al Eterno que al despuntar cada día, las sombras de nuestros cuerpos sorprenda la luz unidas.
Debemos vivir y trabajar, en cada momento, como si tuviésemos la eternidad ante nosotros.
Una escuela es una fragua de espíritus.
Oficio que no sustenta tu vida, dale despedida.