La soledad es el imperio de la conciencia.
Gustavo Adolfo Bécquer
No hables si lo que vas a decir no es más hermoso que el silencio.
La razón es, y solo debe ser, esclava de las pasiones.
Apenas nace la virtud, cuando ya genera contra sí la envidia, pues antes verás un cuerpo sin sombra que la virtud sin la envidia.
Solo los verdaderamente apasionados pueden ser verdaderamente fríos.