Tendremos el destino que no hayamos merecido.
Albert Einstein
Latoso es el que nos quita la soledad y no nos da compañía.
Suelen decir que el hombre que apetece soledad tiene mucho de dios o de bestia.
Palabra, vuelo de piedra, puño y flor; de vastedad, de pequeñez, de todo lo humanamente humano; de todo lo divino que no alcanza a llenar su dimensión en nuestros labios sedientos de palabras.
Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos.