La vida nos enseña que solo somos felices a costa de alguna ignorancia.
Anatole France
Ni la derrota en mi valor rehuyo... Mas, antes de rendirme fatigado, me encerraré en la torre de mi orgullo, y en sus escombros moriré aplastado.
Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos.
Ni con lisonja, ni con la mentira, ni con el alboroto se ayuda verdaderamente a una obra justa.
Precisamente quería prevenirle contra el pecado del perdón.