Colección de efrenromero
Oaxaca
Veo tus playas de vida llena
y las nubes caprichosas como se evaden del mar
con sus simientes de aguas puras,
para posarse en el umbral
de tus montañas majestuosas y llanuras.
Veo a Oaxaca vestida con la semblanza del pasado,
de sus monumentos y joyas arqueológicas,
y el arraigo fervoroso,
de sus costumbres amorosas.
Veo a sus mujeres trabajadoras
y sus hombres emprendedores,
que se nutren de esas tierras,
bendecidas por sus dioses.
La de las entrañas de rojo oro
y del barro negro brillante
La que viste de verde jade
sus fachadas y sus calles.
La que desprende del corazón del agave
el licor ardiente y mezcalino de sus goces.
Y en las velas dedicadas a sus santos se constata,
la raÃz de su espiritualidad sobria y puritana.
Veo a Oaxaca la del corazón autóctono
mostrada con pinceladas de blanco negro y amarillo
Sobre el lienzo bronceado de su piel indiana.
Oaxaca la que muestra
el poderÃo cultural
y la fuerza ancestral
de su Raza única e irrepetible
en la Guelaguetza,
en que subsisten
en el color de sus vestidos,
la magia que copia con hilos
los sÃmbolos de los códices,
y la figura y colorido
de los prados y sus flores,
que se combinan con el universo
de los armoniosos sonidos
de las flautas y tambores.
Hombres y Mujeres que danzan
con la fuerza gravitacional
de los sentidos,
con los ritmos de las bandas,
entonando el son costeño,
y la vibrantes marimbas
con el ritmo sandungueño.
Veo a la mujer decorada,
con la singular orfebrerÃa,
con monedas de oro y plata
y alamares de fantasÃa,
Veo A la Heroica Oaxaca
la de Don Porfirio y Juárez
ejemplos que te demandan,
A ser siempre los mejores.
Veo a Oaxaca desgarrada
por la ambición inconsciente,
y a los hombres que se afanan
por defender a su gente.
Veo a Oaxaca la Sureña
a la Ãstmica Tehuana
Veo a Oaxaca La Antequera,
Veo a Oaxaca con el alma.
Veo a Oaxaca con el alma
Efren Romero AcuñaPara un amigo muerto
Por Efrén Romero Acuña Noviembre del 2010
Cuando un amigo se va,
Solo quedan los recuerdos,
Los momentos placenteros
Convivios de carnaval.
Y el duelo el alma fustiga
Por quien te brindo su mano
Y te vio como a un hermano,
Y te compartió su vida.
Aquel que al verte a los ojos
SabÃa tu alegrÃa o penar,
Y siempre dispuesto a dar
Para ti buenos consejos.
El que compartió sus sueños
Y que fuera tu gran socio,
Si fue bueno o mal negocio,
Se repartió ganancia y daños.
Si fueron cosas de amor,
Y causas colaterales,
Los apoyos a raudales,
Para obtener lo mejor.
Buen amigo adiós te digo,
Que el Dios que amaste despierto,
Hoy que yases aquà muerto,
Te brinde en el cielo abrigo.
Quizás no pierdo un amigo,
Tal vez ya gane a un aliado
Que este al final a mi lado
Para mostrarme el camino.
A los poetas.
Por Efrén Romero Acuña 2010
La palabra se vuelve verso,
el verso se convierte en poesÃa,
el poete la traga, bebe ese universo,
y en mieles placenteras regurgita.
Condena a esa palabra a ser su esclava,
y su voz embajadora de armonÃas,
que dictan sensaciones en escalas.
que conllevan los matices de la vida.
Asà surge el poeta cortesano,
de lamentos de risas y del llanto,
de un sinfÃn de de sentimientos artesano,
que se nutre de la crÃtica y el aplauso.
Vas poeta en el mundo trashumante,
Del sentir de todos inferido,
Nada es nuevo seguid siempre adelante,
Que lo que dices hoy ya se habÃa dicho.
Mas tu palabra es fina es subyugante,
eres un dios por la poesÃa bendecido,
¿mas dime poeta? si en un instante ,
No te hiere la intriga del olvido..