Apeles la letra con sangre entra. Encuentra docenas de apeles la letra con sangre entra con fotos para copiar y compartir.
El cuerpo canta; la sangre aúlla; la tierra charla; la mar murmura; el cielo calla y el hombre escucha.
Aprehender, sí. Primero asimilando los matices y contornos ocultos. Lo húmedo, lo tibio, y si soy afortunado el rumor de tu sangre abriendo zanja en la vida.
Cada hombre lleva un fantasma de mujer, no en la imaginación que entonces sería fácil de expulsarle; sino circulando en su sangre, y cada mujer un fantasma más o menos concreto de hombre.
¡Los poetas amamos a la sangre! A la sangre encerrada en la botella del cuerpo, no a la sangre derramada por los campos, ni a la sangre derramada por los celos, por los jueces, por los guerreros; ama...
Poetas, no perdamos el tiempo, trabajemos, que al corazón le llega poca sangre.
En vano escarba el soñador en sus viejos sueños, como si fueran ceniza en la que busca algún rescoldo para reavivar la fantasía, para recalentar con nuevo fuego su enfriado corazón y resucitar en...
El poder pudre la sangre y oscurece el pensamiento.
La tierra no tiene sed de la sangre de los soldados, sino del sudor de los hombres.
Estamos unidos por la sangre, y la sangre es memoria sin lenguaje.
Una burbuja de aire en la sangre, una gota de agua en el cerebro, bastan para que el hombre se desquicie.
Esta paz tan estimable se compra al duro precio de la sangre y de la muerte.
La voz de la sangre se puede oír en el silencio.
Dame tu estar, amor, en los extremos, tu presencia y tu infiel sabiduría: por los caminos de la sangre mía ya no sé si es que vamos o volvemos.
Haz brotar sangre al menos de mi herida, que estoy cansada de morir apenas.
El amor y la poesía me embriagan, inocentemente, como al tigre la sangre.
Ahondaré en ti mismo y abrasará tu sangre el fuego de la mía rebelde y soñadora.
Muchos mueren demasiado tarde y algunos prematuramente. No entra aún en los oídos la doctrina del morir a tiempo.
Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosa del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso.
He sido un hombre que busca y aun lo sigo siendo, pero ya no busco en las estrellas y en los libros, sino en las enseñanzas de mi sangre.
Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas.
Las horas caen de minuto en minuto, como la sangre que quiere hablar.
Pájaro viejo no entra en jaula.
No hay ninguna lectura peligrosa. El mal no entra nunca por la inteligencia cuando el corazón está sano.
La vida es un tránsito; el mundo es una sala de espectáculos; el hombre entra en ella, mira y sale.
Correrán ríos de sangre antes de que conquistemos nuestra libertad, pero esa sangre deberá ser la nuestra.
Padres no podemos tener más que una vez; se promete demasiado el que entra en la vida con la esperanza de hallar muchos amigos.
La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre.
Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos.
El que derrama sangre, será su sangre derramada.
El hombre esta hecho para el error. Este entra en su espíritu con toda naturalidad, pero para descubrir una verdad requiere un gran esfuerzo.
El árbol de la libertad debe ser regado de cuando en cuando, con la sangre de patriotas y tiranos.
A veces no encuentro respuesta a todas esas preguntas que me hago, no se si tienen un porque, pero si tienen un para que, me aíslo, me dejo llevar por la emoción que cubre mis apariencias, esas que ...
Las lágrimas son la sangre del alma.
Entra en ti sin llamar.
El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural.
Ven, mi amor, en la tarde del Aniene
y siéntate conmigo a ver viento.
Aunque no estés, mi solo pensamiento
es ver contigo el viento que va y viene.
Tú no te vas, porque mi amor te t...
La libertad no se conquista de rodillas, sino de pie, devolviendo golpe por golpe, infringiendo herida por herida, muerte por muerte, humillación por humillación, castigo por castigo. Que corra la s...
Nos acostumbramos a la tracción a sangre de los chicos y las mujeres en las noches del centro cargando lo que otros tiran
También hay relojes de sangre; la gente suele llamarles el corazón
La tinta del sabio es más sagrada que la sangre del mártir.