Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, solo está visto uno, y además mal conocido.
Donde acaba el deseo comienza el temor.
Ciencia sin seso, locura doble.
La queja trae descrédito.
La retentiva es el sello de la capacidad.
Es desgracia habitual en los ineptos la de engañarse al elegir profesión, al elegir amigos y al elegir casa.
Todo lo que realmente nos pertenece es el tiempo; incluso el que no tiene nada más, lo posee.
No hay en el mundo señorío como la libertad del corazón.
Hay mucho que saber, y es poco el vivir, y no se vive si no se sabe.
No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir.
Por grande que sea el puesto, ha de mostrar que es mayor la persona.
En la boca del viejo todo lo bueno fue, y todo lo malo es.
La costumbre disminuye la admiración, y una mediana novedad suele vencer a la mayor eminencia envejecida.
La esperanza es un gran falsificador.
La confianza es madre del descuido.
El que no reconoce al necio nada más verlo, es un necio también
Más vale un grano de cordura que arrobas de sutileza.
Para prevenidos no hay acasos.
Obró mucho el que nada dejó para mañana.
Todos los necios son obstinados y todos los obstinados son necios.