Algunas personas fascinan con el beso, la palabra y un tacto que excita hasta la materia más ciega. Son seres humanos que palpitan con la vida sin permitirse descanso.
Todos hemos experimentado ese tiempo enfermo y vago, tedioso y horrible, que habita en la soledad no querida.
Mientras no haya una distribución equitativa de la riqueza, no habrá paz.